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"No aceptes lo habitual como cosa natural.
Porque en tiempos de desorden,
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Bertolt Brecht

Nota de tapa

Todas las elecciones son baratas


Desde la implementación de las PASO en la Argentina suelen sucederse debates acerca del elevado costo de las elecciones, pidiendo reformas para economizarlas, sin tener en cuenta que podrían quitarle eficacia y representatividad al sistema.


Resumen

- Cuantos más legisladores haya, más representativo será el sistema.

- Tener dos cámaras permite que el sistema no sea dominado por un puñado de provincias grandes.

- Votar cada dos años permite cambios graduales en la política y controles populares sobre la actuación del Poder Ejecutivo.

- Las PASO, aunque desaprovechadas, son una herramienta muy útil que acerca la democracia a la ciudadanía.

- Tener multiplicidad de sistemas electorales permite la innovación al probar varias fórmulas, pero se puede caer en procesos destinados a la perpetuación de un partido político en el poder.

- Se necesita una reforma del sistema orientada a la Boleta Única que aporta ventajas para todas las posiciones políticas.


Es sabido por todos las grandes falencias que tiene el sistema electoral argentino, desde su complejidad, heterogeneidad e ineficiencia. Se deben hacer varias reformas, sin embargo el tinte economicista termina predominando muchas veces y los cambios se orientan en conseguir elecciones que sean más baratas, eliminando instancias que fomentan la mayor representatividad del pueblo.

Algunas cuestiones que se discuten tienen que ver con el excesivo número de legisladores en nuestro país, que encima se duplica por dos cámaras más todos los gobiernos provinciales y municipales; el gasto innecesario de tener unas elecciones primarias donde muchos partidos presentan lista única; y el hecho de vivir permanentemente en campaña electoral por tener que votar cada dos años. También se le podría agregar la heterogeneidad que hay entre los distintos sistemas electorales que conviven en Argentina y que producen avances y retrocesos.

Las reformas a nuestro sistema electoral deben estar pensadas no para ahorrar parte de las arcas estatales, sino para hacerlas más eficientes y representativas de los deseos del pueblo. Incluso hay alternativas, como se verán a continuación, que establecen un proceso más eficiente, transparente y mucho más barato.

¿POR QUÉ TENEMOS QUE TENER TANTOS LEGISLADORES?

La elección legislativa es proporcional, es decir que es un sistema donde todos ganan, algunos más que otros, pero no hay premio solo para el primero. Los cargos legislativos que se ponen en juego son repartidos en función de la cantidad de votos que sacó cada lista electoral. Este cálculo se hace a través del sistema D'hont, el cual divide la cantidad de votos según la cantidad de cargos que se eligen, dividiendo primero por 1, luego por 2, por 3, y así. Luego, con la tabla armada, se elegirán los números más altos seleccionando la misma cantidad de cargos a ocupar. Cada partido se quedará con los mismos cargos que números altos consiguió. 

En el cuadro anterior se ve que en el primer caso se reparten 10 cargos, por lo que los votos se fueron dividiendo por 1, 2, 3 y así hasta llegar al 10. Luego, se deben seleccionar los 10 números más altos, que están pintados en verde, ya que son 10 cargos los que deben ocuparse. Con estos resultados hay dos partidos, que juntos sacaron casi 3 millones de votos, que se quedan sin representación legislativa o, lo que es lo mismo, 3 millones de personas que no tienen ningún representante en el Congreso.

En el segundo caso, en vez de elegir 10 representantes se eligen 20, con lo cual a los 10 números pintados de verde se agregan los que están pintados de celeste. Los que sacaron más votos siguen sacando más representantes, pero esta vez los dos partidos que antes no tenían ningún tipo de representación ahora lograron obtener un diputado cada uno. De esta manera, cuanto mayor sea el número de legisladores, más representativa es la elección.

Si imaginamos el caso extremo contrario y solo se eligiera un cargo, se lo habría llevado el primer partido, por lo que poco más de 16 millones de personas de esta ecuación no tendrían representación legislativa. Con esto se puede concluir que a pesar de que más legisladores implica pagar más salarios en representantes y asesores, es un precio bajo frente a la enorme ganancia de mayor representatividad popular.

¿Y POR QUÉ NO PONEMOS SOLAMENTE UNA CÁMARA?

Acá surge otro problema. Estos sistemas proporcionales se basan en la cantidad de habitantes de un distrito determinado. Producto de la fuerte concentración demográfica argentina, la región del Área Metropolitana de Buenos Aires posee un tercio de la población del país. Si sumamos al resto de la provincia de Buenos Aires el porcentaje subiría a un 47%. Eso significa que la política de todo un país podría ser controlada tan solo por dos distritos, volviendo al viejo país unitario que nos caracterizó durante el inicio de nuestra historia antes de volvernos un país unificado.

La provincia más extensa de nuestro territorio es la de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. ¿Qué posibilidad tiene de competir con sus 126 mil habitantes frente a los 16 millones de Buenos Aires? ¿Y qué hay de aquellas provincias que no llegan ni a los 400 mil habitantes que son Catamarca, La Rioja, La Pampa y Santa Cruz? 14 distritos no llegan a 1 millón de habitantes, 20 de los 24 que existen no llegan a los 2 millones. Solo una ciudad, la de Buenos Aires, tiene más habitantes que todas estas.

Las democracias modernas no son solo gobiernos de la mayoría sino que también ponen mucho énfasis en la protección de las minorías y sus derechos. El hecho de tener un Poder Legislativo bicameral en donde cada provincia tiene la misma cantidad de senadores (tres) permite que estas provincias que fueron afectadas por el macrocefalismo porteño tengan poder de decisión en los destinos del país. Esto mismo aplica para las poblaciones dentro de una misma provincia, miremos sino la diferencia entre el Conurbano y el interior de la provincia de Buenos Aires.

¿ENTONCES DEBERÍA VOTARSE TODO JUNTO Y NO CADA DOS AÑOS?

A lo largo de la historia argentina fuimos pasando muy rápidamente de un modelo de país a otro. Luego de un período agroexportador marcado por la debilidad de la economía nacional a los vaivenes del mercado exterior, se pasó a un proceso de industrialización que duró desde 1930 hasta 1976. Durante este proceso, sin planificación alguna, fuimos variando entre políticas de desarrollo a un sector industrial, ajustes fiscales, inversiones a varios sectores no complementarios, entre otros.

Las sucesivas crisis económicas y políticas producto de las reiteradas interrupciones democráticas tuvieron consecuencias en el desarrollo industrial del país que se hizo de manera desordenada y con un proceso de "stop and go" en donde luego de avanzar en un sector, el gobierno siguiente hacía cambios radicales. Luego de esto, con las dictaduras de Videla y el gobierno de Menem se vuelve a una economía liberal permeable a las crisis externas. El rol intervencionista del Estado fue frenado nuevamente en 2015 con el gobierno de Macri y el ajuste fiscal.

Frente a tantos vaivenes, un poco de estabilidad es necesaria. El excesivo poder que recae en el presidente hace que de un día para el otro la realidad del país pueda cambiar rotundamente. En el Congreso esto es distinto. Debido a que los diputados se renuevan por mitades y los senadores por tercios, los cambios que se suceden en la cámara terminan siendo graduales, permitiendo una mayor estabilidad en la realidad argentina. Si esto no se ve en lo cotidiano es porque en términos relativos el poder del Legislativo está disminuido y debería recuperar su poder frente al hiperpresidencialismo que nos caracteriza.

Además, mezclar una elección proporcional con una mayoritaria, la de presidente, termina haciendo que el criterio para elegir diputados se mezcle con el criterio para elegir presidente, dándole más poder a éste. Poner una elección a los dos años sirve para refrendar o repudiar el rumbo que está tomando el presidente, algo que se pierde si se votara solamente cada cuatro años. Si alguien vota partido azul para presidente, es muy probable que vote al mismo para diputados, por lo que aseguraría que el Congreso termine siendo una especie de escribanía del Poder Ejecutivo.

¿ESO SIGNIFICA QUE HAY QUE BORRAR LAS PASO?

Este es un discurso muy difundido por los medios de comunicación y resulta siendo bastante problemático. Se justifica diciendo que ese gasto no tuvo su correlación en representación ya que en 2019, los 10 partidos que se presentaron a la elección presidencial no presentaron internas, sino que la definieron previamente.

Sobre este tema, en esta página hay un artículo que detalla exhaustivamente el problema que tiene el sistema de internas argentino, la comparación con otros países del mundo, el rol que tiene su costo financiero y las posibles soluciones que se pueden aplicar a un sistema que, si bien no está funcionando perfectamente, tiene puntos positivos y es muy necesaria para fomentar la representatividad popular.

Véase Por qué las PASO no funcionan en Elecciones 2019.

¿Y ES BUENO QUE CADA DISTRITO TENGA UN SISTEMA ELECTORAL PROPIO?

Esto es más discutible porque ahí entran en juego varios factores que pueden dar cuenta de argumentos a favor y otros en contra de este proceso. Si lo comparamos con el régimen electoral que se implementa a nivel nacional, algunos sistemas electorales provinciales son mucho mejores, transparentes y eficientes, pero otros están diseñados para asegurar la permanencia de un partido político específico en el poder.

Boleta única de Santa Fe.
Boleta única de Santa Fe.

Los ejemplos positivos como en Santa Fe y Córdoba, con la implementación de la Boleta Única Electrónica, o de Salta y la Ciudad de Buenos Aires, con la Boleta Única Electrónica, son argumentos positivos a la diferenciación de sistemas ya que permiten la innovación, las ideas nuevas y la posibilidad de encontrar y probar distintas alternativas para, en un futuro, aplicar estos sistemas a nivel nacional.

Cuarto oscuro en elecciones de Tucumán.
Cuarto oscuro en elecciones de Tucumán.

Como argumento en contra podemos destacar por ejemplo el complejo sistema de "acople" de Tucumán en donde pueden presentarse muchos candidatos a puestos locales que "acoplan" su boleta a la de un candidato a gobernador, haciendo que existieran casi mil partidos políticos distintos que llevaban en sus boletas a solo 3 o 4 candidatos a gobernador. También está el ejemplo de Santa Cruz que utiliza la Ley de Lemas, en donde cada partido (lema) puede presentar varias listas (sublemas). El elector elige un sublema y si pierde en la interna contra otro sublema, sus votos se trasladan al vencedor. Es como juntar en el mismo voto la primaria y la elección general.

Es sabido que el sistema de boleta múltiple utilizado a nivel nacional necesita reformas. La impresión de boletas genera dificultades económicas para los partidos más chicos, además de que es posible que alguien robe las de un partido político. Si bien no se ve en Argentina, a nivel nacional, planes sistemáticos de fraude electoral, si suelen haber ciertas irregularidades menores en donde muchas personas tienen dificultades para emitir su voto. El cambio es necesario, el problema es hacia dónde iremos.

¿QUÉ HACEMOS ENTONCES?

En primera instancia debemos abandonar esa idea de que las elecciones tienen un "costo", ya que esa palabra, cargada de una connotación negativa, lleva a la tentación de querer realizar medidas con la intención de hacerla más económica, generando problemas de representatividad. Como ejemplo está la propuesta de reforma constitucional del gobierno radical de Mendoza en donde elimina la bicameralidad del Poder Legislativo para reducir la cantidad de legisladores y además elimina las elecciones de medio término.

Luego se deben evaluar reformas para mejorar el sistema, hacerlo más transparente y confiable, utilizando sabiamente la tecnología. La Boleta Única Electrónica, si bien tiene aspectos positivos, genera un fuerte rechazo en parte de la población y varias organizaciones no gubernamentales por los problemas que genera la digitalización del voto y la vulnerabilidad del sistema.

La implementación de un sistema como la Boleta Única ayuda a solucionar muchos problemas que tiene hoy el sistema electoral pero incluso termina siendo más barato ya que no se deben imprimir tantas boletas. La confiabilidad del sistema y su economicidad pueden ir de la mano, el problema radica en que cuando hay que elegir entre una y otra, algunos eligen la segunda.

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